10 abr 2017

Todorov entre mi hija y yo

La Crítica de la Crítica.
Como tengo ojos de nuevo, puedo leer. Es un nivel asombroso de sabiduría... y memoria. Me recuerda a Borges citando todo desde el espacio oscuro (y cómo más!). Es una perspectiva superior, y de nobles aceptarlo. No es para los comunes. La mitad de los autores de quienes habla no sé quienes son; qué pena, así es.
Su primer capítulo no es más que una banalización de la poesía, a la que se refiere como un medio sin ningún fin. En eso coincide con el poeta juan Páez, que dice que la poesía no tiene, no debe tener, mensaje. Razonamientos brillantes, pero parciales. Cierto que la poesía es lenguaje, ritmo, metro; pero puede haber mensajes terribles atrás de esas formas, o mensajes de belleza infinita como en "Lo fatal", de Rubén Darío::
...Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto, 
y el temor de haber sido y un futuro terror... 
Y el espanto seguro de estar mañana muerto, 
y sufrir por la vida y por la sombra y por 

lo que no conocemos y apenas sospechamos, 
y la carne que tienta con sus frescos racimos, 
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos, 

¡y no saber adónde vamos, 
ni de dónde venimos!...
El segundo capítulo habla del teatro, del teatro sin Shakespeare, pero muy interesante. Yo, siempre personalmente, no me fío mucho de Brecht después del escándalo del plagio no solo en drama, sino en poesía. La referencia del absurdo pierde efecto, tema abordado por Todorov ampliamente.
Estoy disfrutando mucho la lectura; de hecho hoy voy a tuitear un par de cosas del libro. Gracias Valen, gracias a la vida, estoy de vuelta.
Guayaquil, en el mes de la política al revés. (perdón por la rima).

​TQM​
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