Nabokov fue un jugador que sobrevivió varias veces a partidas con jugadores profesionales, y que se interesó mucho por este juego (La defensa, 1930). De él es esta cita:
Debería quedar claro que en los problemas de ajedrez la batalla no se libra entre blancas y negras sino entre el compositor y el hipotético sujeto que intentará solucionarlo. Del mismo modo que en la narrativa el verdadero duelo no es el que libran entre sí los personajes, sino el que enfrenta al autor con el mundo.