10 may 2015

El ajedrez...

El ajedrez y el mundo de la literatura se han juntado siempre. Este juego está envuelto en estrategia y enigma, en paciencia y talento, en análisis e intuición. "Para Cervantes era semejante a la vida misma. Para Turgueniev, una necesidad tan imperiosa como la literatura. Para Pushkin, imprescindible en una buena familia, y para Goethe, una prueba suprema de la inteligencia." (ADN Cultura, de La Nación de Buenos Aires, 2009).

Nabokov fue un jugador que sobrevivió varias veces a partidas con jugadores profesionales, y que se interesó mucho por este juego (La defensa, 1930). De él es esta cita:

Debería quedar claro que en los problemas de ajedrez la batalla no se libra entre blancas y negras sino entre el compositor y el hipotético sujeto que intentará solucionarlo. 
Del mismo modo que en la narrativa el verdadero duelo no es el que libran entre sí los personajes, sino el que enfrenta al autor con el mundo.


Obras expatriadas

El siglo de las luces lo escribió Alejo Carpentier durante su autoexilio en Venezuela. Cortázar escribió Rayuela en París, y allí terminó Vargas Llosa La ciudad y los perros. Historia de un deicidio, la maravillosa biografía ensayo que hace el peruano de García Márquez, fue su tesis de grado en filosofía y letras por la Universidad Complutense de Madrid. Lolita escribió Nabokov durante su permanencia en Estados Unidos. Horace Walpole escribió Los tres príncipes de Serendip en Sri Lanka.

Escritores y la tauromaquia

Quizá el más célebre fue Hemingway, con Muerte en la Tarde (Scribner, 1932), pero otros como Ortega y Gasset, una de las mentes preclaras de su siglo en España, en el mundo de habla hispana, Bueno, su padre fue crítico taurino y apoderado de toreros. Ortega murió en 1955 dejando inconclusa su obra Paquiro, o de las corridas de toros, pero al menos entró al ruedo, capote en mano, al alimón, en su finca. Fue muy amigo de Belmonte. Ortega tiene su famosa frase según la cual ‘la historia del toreo está ligada a la de España, de tal modo que sin conocer la primera será imposible comprender la segunda'.
Lorca, por su parte, dijo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo, y Alberti hizo el paseíllo... y nada más. Escribió hermosas poesías, una de ellas, a Luis Miguel. A Gerardo Diego le pareció que todos los días debían ser como aquél de Santander, en el que hubo una corrida por la mañana, una por la tarde, y otra por la noche.